Educación y teléfono móvil… ¿Buena relación?
Las nuevas tecnologías provocan cambios en nuestro comportamiento, ¿Nos comportamos correctamente con las nuevas situaciones?,¿las usamos correctamente?.
Nuestro comportamiento es una parte importante de nuestra imagen, por tanto debemos saber si el uso és el correcto.
El móvil se esta convirtiendo en una herramienta imprescindible en nuestra vida diaria, es una herramienta de trabajo, es un complemento más en nuestra indumentaria. Tanto es así que podríamos decir que no vamos a ningún lado sin él. Además nos proporciona una imagen actual. Que pensamos si alguien no tiene móvil…. Incluso es el protagonista de todos los momentos del día, o más importante que las personas que nos rodean….
Precisamente por la dependencia que tenemos de estos dispositivos y la cantidad de tiempo que les dedicamos, se convierten en un arma de doble filo: a pesar de ser un aparato para facilitar la comunicación entre las
personas, acaba siendo, en ocasiones, un obstáculo para las relaciones.
La formula para saber usarlo correctamente en cualquier situación es el Respeto y Educación.
Antes de usarlo pensar:
- A esta hora molestamos a la persona que vamos a llamar…
- Provocará interferencias con algún aparato electrónico, si estamos en un hospital. Puede incluso bloquearlos.
- Interrumpimos durante una obra en el teatro… o en un funeral…
- Donde lo colocamos si estamos en la mesa…
Utilicemos mejor las prestaciones que nos proporciona el móvil:
- Usar mas el buzón de voz, así no perdemos los mensajes y podemos contestar en un momento mas adecuado, y atendemos mejor a la persona que llama.
- Enviar mensajes escritos en los momentos adecuados, no delante de nuestro cliente, pues le restamos importancia.
- Dejar mensajes claros y cortos para que el receptor los entienda.
Y así podría rellenar varias páginas…..
Nuestra imagen saldrá mejor parada si se caracteriza por la discreción y la elegancia.
En el uso del móvil podemos guiarnos por la máxima que siempre deberíamos tener presente:la comodidad de los demás antes que la nuestra.
Si aplicáramos el sentido común, el uso del teléfono no debería generar situaciones desagradables ni provocarnos una mala imagen.
